Bienvenidos / Benvidos
En los últimos años los que tenemos la suerte o la desgracia de vivir en Bergondo hemos observado, quizá de una manera pasiva y poco crítica, como nuestro nivel de vida se ha venido deteriorando lentamente sin que nadie haga algo para evitarlo. La clase política, fiel reflejo de lo que vive el país entero, parece estar más dispuesta a criticar a sus contrarios que ha solucionar los numerosos problemas que nos aquejan, acaso porque una vez en el poder es presa fácil del olvido, acaso porque alcanzar ese propósito es su único anhelo, su sino, su fin último.
Somos testigos mudos de cómo a diario se desoyen nuestras quejas; se utilizan cargos públicos para manipular conciencias, para amparar privilegios, para obtener beneficios, para pisotear dignidades; Somos testigos de promesas incumplidas, de mentiras escupidas con la fuerza de saber que su delito quedará impune.
¿Quién es el culpable? Acaso nosotros que reímos sus gracias, que vendemos barata nuestra confianza, que ignoramos lo que pasa a nuestro alrededor mientras que no nos afecte. Acaso nosotros que nos hemos quedado ciegos, sordos y mudos de tanto esperar, que nos hemos resignado a seguir como estamos porque quizá cambiando podríamos ir a peor. Acaso nosotros que hemos perdido, por estas y muchas otras cosas, el poder de decidir nuestro destino y las herramientas para construir el camino que queremos seguir.
Hoy queda abierta esta tribuna, una tribuna que busca la participación de todos y cada uno de nosotros, una tribuna a la que estamos todos invitados y en la que todos debemos estar reflejados, donde nuestros problemas y nuestras soluciones deberá hacerse visibles.
Sean todos pues Bienvenidos.
Nos últimos anos os que temos a sorte ou a desgraza de vivir en Bergondo observamos, quizá dunha maneira pasiva e pouco crítica, como o noso nivel de vida veuse deteriorando lentamente sen que ninguén faga algo para evitalo. A clase política, fiel reflexo do que vive o país enteiro, parece estar máis disposta a criticar aos seus contrarios que ha solucionar os numerosos problemas que nos afectan, seica porque unha vez no poder é presa fácil do esquecemento, seica porque alcanzar ese propósito é o seu único anhelo, o seu senón, o seu fin último.
Somos testemuñas mudas de como a diario se desatenden as nosas queixas; utilízanse cargos públicos para manipular conciencias, para amparar privilexios, para obter beneficios, para pisar dignidades; Somos testemuñas de promesas incumpridas, de mentiras cuspidas coa forza de saber que o seu delito quedará impune.
Quen é o culpable? Seica nós que rimos as súas grazas, que vendemos barata nosa confianza, que ignoramos o que pasa ao noso redor mentres que non nos afecte. Seica nós que nos quedamos cegos, xordos e mudos de tanto agardar, que nos resignamos a seguir como estamos porque quizá cambiando poderiamos ir a peor. Seica nós que perdemos, por estas e moitas outras cousas, o poder de decidir o noso destino e as ferramentas para construír o camiño que queremos seguir.
Hoxe queda aberta esta tribuna, unha tribuna que busca a participación de todos e cada un de nós, unha tribuna á que estamos todos convidados e na que todos debemos estar reflectidos, onde os nosos problemas e as nosas solucións deberá facerse visibles.
Sexan todos pois Benvidos.
